HISTORIA. Los orígenes de Sinarcas son tan remotos que se pierden en la nebulosa de los tiempos.
Aunque se carece de noticias fidedignas que permitan concretar fechas hasta el siglo XIII después de J.C., la diversidad de objetos hallados en sus proximidades (estela ibérica, orzas cinerarias, monedas, esculturas, inscripciones, etcétera), demuestra hasta la saciedad que las principales civilizaciones de nuestra patria, desde la más lejana antigüedad, han tenido asiento en este pueblo, dejando huella indelebles de su permanencia en él.
Estudiando detenidamente estos objectos y con ayuda de las tradiciones locales y otras referencias, puede reconstruirse a grandes rasgos la historia de este pueblo legendario.
Pasando por alto su prehistoria, por no poseer datos suficientes para sentar conclusiones, hallamos al llegar los tiempos históricos una población ibérica en la colina donde hoy está situado el pueblo viejo y en cuya vertiente O. se halla la necrópolis. Esta población, llamada Arcas en honor de su fundador, según algunos historiadores, o por existir en ella o proximidades sepulcros o santuarios famosos (que esto significaba en la antigüedad la palabra Arcas) o por otras causas desconocidas, recibió influencias célticas, grecoorientales y romanas sin perder su primitiva personalidad hasta final de la edad antigua, en que se romaniza, adoptando las costumbres e idiomas de los romanos y conservando únicamente el nombre primitivo. Esta romanización es posible porque los romanos explotaron una mina de hierro situada en la parte N. del término municipal, de la que todavía se conservan numerosas y profundas galerías, y cuyas escorias se hallan esparcidas por todo el extenso campo llamado de las herrerías y lugares próximos. Entonces llegarían seguramente muchas gentes de diversas procedencias. La población crece y se transforma. Probablemente se fundarían otros núcleos en las laderas de los cerros Carpio y San Cristóbal con los castillos de defensa común en lo alto de estos cerros, donde todavía se conservan numerosos vestigios, y esto explicaría la existencia de la necrópolis romanas en la cañada del pozuelo.
De la dominación visigoda no hay vestigios, y aunque el Padre Marés diga que Sinarcas fue destruida por los godos, cabe la posibilidad de que no la destruyeran, sino que, alejada de núcleos importantes de población y abandonada la explotación de la mina de hierro, tal vez por agotamiento de los bosques circundantes, fuese perdiendo importancia paulatinamente y viviendo en precario su vida anterior sin grandes interferencias por parte de los godos y como olvidada por ellos. Esta consecuencia se deduce del hecho de que, cuando varios siglos después la pueblan o dominan moros cenetes (individuos de la tribu berberisca de zeneta, una de las más antiguas y principales del N. de África), sigue predominando en su nombre el primitivo Arcas, llamándose Cenarcas, cosa poco menos que imposible si hubiera sido totalmente destruida con tres o cuatro siglos de antelación. Este nombre, del cual se deriva Sinarcas, es el que tenía cuando fue reconquistada, seguramente por D. pedro II de Aragón, padre de D. Jaime I el Conquistador, a principios del siglo XIII.
De todas formas, D. Jaime I que reina desde 1213 hasta 1276, posee este pueblo y lo da a uno de sus hijos habido con su tercera esposa D.ª Teresa Gil de Vidaure, D. Jaime de Jérica I. el día 3 de Septiembre de 55, juntamente con Chelva y Jérica, y lo gobierna durante 29 años, sucediéndose su hijo D. Jaime de JéricaII, al cual debe Sinarcas la Carta Puebla, base de sus libertades ciudadanas, otorgada el 23 de marzo de 1304.
Se suceden varios monarcas de la Casa de Jérica, y al morir D. pedro de Jérica en 1369 sin sucesión masculina, su hija D.ª Beatriz, temiendo que estos Estados volvieran a incorporarse a la Corona de Aragón, por exigirlo así el testamento del Rey D. Jaime, vendió el Valle de Chelva, al que pertenecía Sinarcas, a D.Ramón de Vilanova, el año 1380, por 26.600 libras. Su hijo. D. Pedro Ladrón de Vilanova,recibió del Rey D. Juan I el titulo de Vizconde de Chelva el año 1390. Uno de sus sucesores, D. Jaime Ceferino Ladrón de Pallás, recibió de Felipe III de Austria el título de conde de Sinarcas, el año 1599. Felipe IV concedió al esposo de la Condesa de Sinarcas, D.ª mariana, D. Juan de Palafox, sobre sus anteriores títulos, el de Marqués de Sot de Soneja, el año1666.
En lo sucesivo, los Señores de Sinarcas emplearon con preferencia el título de Duques de Villahermosaa, heredado de D.ª maría de Silva, esposa del Conde D. Gaspar. todavía se conservan en la población antigua dos calles con los nombres de calle del Conde y calle del Horno del Duque, y no hace muchos años (el 22 de junio de 1865) se adquirieron, previo pago por todos los vecinos, los últimos bienes que los Duques de Villahermosa poseían en este término municipal.
El año 1600 se inició la construcción del hermoso templo parroquial de Santiago Apóstol, de estilo renacimiento en su aspecto general, en cuya bóveda está adosado el escudo de la Villa.
En lo que va de siglo, Sinarcas ha ido rescatando gran parte de sus bienes enajenados en tiempos de incuria e irresponsabilidad, previo pago de los mismos, e introduciendo mejoras de toda índole. Sobre todo a partir del año 1911, en que se canalizan las aguas del manantial de Ranera, se perfeccionan los procedimientos de cultivo y se intensifica la plantación de viñedo.
GEOGRAFIA. Situación, extensión y limites.
El término municipal de Sinarcas está situado en la parte occidental de la provincia de Valencia y del partido judicial de Chelva, de los que forman parte. tiene una extensión aproximada de 105 kilómetros cuadrados, y limita al N. con Tuéjar; al E. con dicho pueblo de Benagéber; S. con Utiel y Camporrobles, y al O. con Aliaguilla y Talayuelas que pertenecen a la provincia de Cuenca.
Geologia El pueblo de Sinarcas está situado en el borde de una pequeña mancha diluvial formada por arenas, arcillas arenosas y calizas disgregadas.
Este terreno diluvial está rodeado por fuertes calizas jurásicas con sólo un pequeño paso de caliza cretáce, que constituyen los cerros y terrenos del S. y E. de la población, y otra capa de rodenos triásicos, que forman los cerros, y cordilleras del N. y O. de Sinarcas.
Estas calizas jurásicas, por su impermeabilidad, pues son muy compactas, determinan dos cuencas hidrográficas: la de Sinarcas y la de Utiel y Caudete.
Topografia. El término de Sinarcas, topográficamente considerado, es, en líneas generales, una meseta de 850 m. de altitud media, interrumpida por los cerros Carpio y San Cristóbal, situados dos Kilómetros al Se. de la población y bordeada por el Picarcho (1.305 m.), punto más septentrional y elevado de la demarcación municipal, Peña del Rayo, Cerro Mortero y las Blancas, al N.; Valdesierras y la Marica, al E.; estribaciones de la Sierra de Utiel, al S., y la Relamina (1.035 m.), al O.
Esta meseta se extiende hasta las proximidades del Pico de Ranera, de 1.430 m. de altitud, situado en el término de Talayuelas, provincia de Cuenca, y está cortada de O. a E., en su parte septentrional, por el arroyo denominado el Regajo, que vierte sus aguas al río Turia, y cuyo valle es profundo y muy agreste, y se extiende desde la Toba, situada unos 5 Km. al N. de la población, hasta el Charco Negro, 9 km. al NE.
Cerca de este pintoresco caserío desaguan la accidentada Rambla de las Surtidoras, que corre de S. a N. desde el caserío de Lurdilla con diferentes nombres, y la rambla del barranco Borbón, procedentes del N.
Los demás arroyos y torrentes , como el de Ranera, ramblas de la Cobañera, de la Hoz, etc., apenas modifican la planicie por donde discurren.
El clima. Sinarcas tiene clima de altura. Extremado, pero seco y sano. Inviernos largos y fríos; veranos cortos y templados. Atmósfera transparente. Su suelo seco y elevado no se apto para el desarrollo de enfermedades.
Economía. El pueblo de Sinarcas es eminentemente agrícola y ganadero. Los cultivos se reparten en su suelo de las siguiente forma, aproximadamente.
Hectareas
Viñedo………………………………… 600
Cereales……………………………….. 950
Huerta (casi toda eventual)………… 100
Montes bajos…………………………. 3.000
Pinares………………………………… 5.900
Unas 2.500 ha. de pinares y otras tantas de monte bajo pertenecen al Ayuntamiento, cuya explotación controlada en gran parte por el Servicio Forestal. le permite nutrir sus presupuestos sin necesidad de gravar con impuestos a los vecinos.
Caza, las especies corrientes de la región y, además, jabalíes.
La minería, aunque recientemente se han denunciado un vencimiento de caolín y otro mineral de hierro, no está desarrollada, explotándose únicamente las canteras de yeso de la Tob.
La industria reduce a dos talleres de herrería donde se construye y repara principalmente maquinaria agrícola, tres serrerías mecánicas con carpinterías anejas, una fábrica de harinas, dos molinos de piensos, tres tahonas, dos tejerías, una guarnicionería, dos hornos y molinos de yeso y varias bodegas, entre las que destacan por su importancia y modernas instalaciones la Bodega-Cooperativa.
Comunicaciones. Sinarcas a pesar de sus fáciles accesos, sobre todo en la dirección de Utiel, dispone de escasas comunicaciones para su potencial económica y exigencias de la vida moderna, sintiéndose en gran manera la falta de ferrocarril. Su término sólo es atravesado por la carretera general de Alicante a Francia por Zaragoza y un pequeño trayecto de la carretera Utiel-Chelva, por Benagéber.
Población El censo de 1958 da a Sinarcas una población de 1.631 habitantes de hecho y 1.662 de derecho. Esta población reside casi toda en la capital del municipio.
El carácter. Sinarcas, florón de Valencia, ha heredado de sus primitivos pobladores el amor a la independencia y al patriotismo; de Aragón, la nobleza, el tesón y la laboriosidad; de Castilla, la hidalguía, y de Valencia, la simpatía, el amor a la música, el optimismo, la imprevisión y ese espíritu abierto y comprensivo que lo hace cordial, tolerante y cogedor.
Urbanismo Hasta el año 1911, en que se canalizan las aguas potables del manantial de Ranera, se instalan fuentes en diversos lugares de la población y domicilios particulares y se inicia un plan nuevo de edificación con calles anchas , viviendas higiénicas y edificios públicos eficientes, no se puede hablar de urbanismo en Sinarcas.
El año 1919 se instala el alumbrado eléctrico, y el 1928 se aprueba un plano de población.
Pero cuando verdaderamente se le da la importancia al problema urbanístico de Sinarcas y se ponen los medios necesario para resolverlo es a partir del año 1951, en que se aprueba el nuevo plano de población, que comprende unos 500.000 metros cuadrados de terreno y proyecta nuevas calles , saneamiento, amplias avenidas y paseos, fuentes, iluminación, jardines , etc.; proyectos algunos ya realizados, otros en vía de realización y otros que han superado lo previsto, como el magnifico Parque Municipal, el Campo de Deportes y la Avenida del Oeste.
Monumentos artísticos e histórico, En Sinarcas no hay apenas monumentos artísticos ni históricos, aunque persisten vestigios de que han existido; restos de murallas, plantas de templos torreones y castillos, etc.
El único monumento artístico de categoría es la Iglesia Parroquial, de estilo renacimiento en su aspecto general. Dos ermitas bastante antiguas, aunque recientemente restauradas, son de aspecto pobre y vulgar.
No obstante, existen edificios de construcción moderna que si no pueden considerarse como verdaderas obras de arte , ofrecen un aspecto agradable y están perfectamente adecuados a la finalidad de su construcción: Grupo Escolar, Depósito de agua potables, cuartel de la Guardia Civil, Casa Consistorial, Matadero Municipal, Lavadero Público, Bodega Cooperativa, Almacén-Granero, Casa de la Falange, centro Primario de Higiene Rural, mercado de Abastos, etc. y numerosos chalets y viviendas particulares de variadas y atractivas formas.
La cultura. El hermoso templo parroquial y el magnifico grupo escolar presiden la vida religiosa, moral e intelectual de este pueblo bondadoso y progresivo, donde prácticamente ha desaparecido el analfabetismo. La vida artística tiene su más brillante expresión en la banda de música, patrocinada por el Ayuntamiento. Sinarcas ha dado en los últimos veinticinco años un contingente de profesionales de la inteligencia tal vez no superado por ninguna población de su categoría, lo que constituye un exponente satisfactorio y esperanzador.
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