Día de los inocentes.
En Hispanoamérica y en España es costumbre realizar en esta fecha bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido. El día de los inocentes es contado desde las 12 de la noche del día 28 hasta las 12 de la tarde y esta tradición se vive en todo el mundo hispanohablante.
Una de las bromas más conocidas en Hispanoamérica y en España es la de cambiar la sal por el azúcar, otra es la de regalar chicles o dulces picantes, explosivos o que manchen.
En tanto que en algunas zonas de América es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario se considera libre de apropiarse de dichos bienes.
Asimismo, la tecnología ha avanzando y hoy en día están muy de moda otras inocentadas como las llamadas telefónicas y los mensajes a los celulares para gastar una broma al inocente.
También tienen mucho éxito las noticias exageradas, como embarazos o bodas repentinas.
Citando algunos ejemplos en 1980, la BBC de Londres anunció que el Big Ben sería remodelado con un reloj digital, y en 1992, la radio oficial de Washington anunció que el ex presidente Richard Nixon postularía para el cargo una vez más.
Un poco de historia
El “Día de los Santos Inocentes” es el nombre dado al infanticidio en Belén, mencionado en el Evangelio de San Mateo, cuando Herodes ordenó la ejecución de todos los niños menores de 2 años, por temor al nacimiento del “Rey de los judíos”, profetizado por los reyes magos.
La Iglesia Católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los evangelios, la matanza debió haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes (uno o dos días después del 6 de enero).
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