TUÉJAR en los Archivos de la Serranía 1950

Estractado y resumido de la «Monografía sobre determinados particularidades históricas acaecidas después de la reconquista por el Rey Jaime I, en este pueblo de Tuéjar». Año 1957. ASPECTO GENERAL
Tuéjar, villa correspondiente a la provincia de Valencia, partido judicial de Chelva, diócesis de valencia, se encuentra situada a la falda del monte denominado el Castillo, comprendido entre los paralelos 577-578 y los meridianos 826-827 con una elevación sobre el nivel del mar de 650 metros.
Limita al Norte con los términos municipales de Alpuente y Titaguas, al sur con Bebageber, al este con Chelva y al Oeste con Sinarcas y Talayuelas.
La extensión del término es de 125 kilómetros cuadrados y el censo de población le asigna 2.316 habitantes de hecho y 2.349 de derecho. Las estaciones de ferrocarril más próximas son Liria, separada a 50 kilómetros, y Utiel, que dista 40 kilómetros aproximadamente. Con servicio de viajeros, dos de ida y dos de vuelta diarios a enlazar con el ferrocarril de Liria a Valencia, y otro a Utiel, también diario, de ida y vuelta, con enlace de los ferrocarriles de Valencia a Madrid por Cuenca.
Está instalado el servicio telefónico nacional, sin que exista telegráfico más que a Chelva, separado a 6 kilómetros. También existe servicio con el Pantano del Generalísimo, cuya carretera es la comunicación con Utiel, encontrándose dicho pantano separado de esta localidad 15 kilómetros.
El clima es templado, siendo su temperatura máxima de 25 a 30 grados y la mínima de unos 5 grados. Las lluvias generalmente son en los meses de septiembre, noviembre y marzo, y los vientos dominantes los son al Noroeste y sur, en invierno, y Este en primavera y verano.
tiene esta población abastecimiento de agua potable, fabrica de luz eléctrica, matadero público, Pósito de Labradores y banda de música.
El carácter de la villa es eminentemente agrícola y la riqueza se halla muy repartida, pudiéndose decir que no hay grandes propietarios. Al fondo de la población existe una vega de huerta que riega con las aguas del río Tuéjar, que tiene su origen a unos dos kilómetros de la población. las tierras destinadas a labor ascienden aproximadamente a unas 1.200 hectáreas, de las que se destinan a cereales unas 693, y el resto al cultivo de viñedo y otros.
La riqueza ganadera se halla muy restringida, ya que está aquí prohibido el desarrollo del ganado cabrío, no permitiéndose más que lanar, con unas 1.600 cabezas. la riqueza forestal es incalculable, contando esta población por ello con lo suficiente para atender las necesidades del municipio con holgura. La explotación del subsuelo se realiza por medio del sistema antiguo. El Estado de sanidad e higiene se halla suficientemente atendido, a pesar de que la inmensa mayoría de las viviendas reúnen pocas condiciones sanitarias, como así lo demuestran la poca mortalidad existente.
En cuanto a la enseñanza, está atendida igualmente con escuelas modernas y bien instaladas.
CARACTER DE LOS HABITANTES
Esta población, cuyo término resulta pintoresco y austero, está compuesto por valles y mesetas salvajes y caprichosas, con abundantes colinas muy abruptas, cubiertas de variadas vegetación. Acaso sea esta región, a pesar de los avances de los tiempos y las evoluciones de la vida de todos sabido, la que, en la provincia, más duramente se viva. Esto parece reflejarse en los semblantes de los habitantes, habituados a una existencia áspera, de un físico pronunciadísimo. en los hombres su viaje parece forjado a golpe de hacha, recio de corte….Hablan poco y sus alegrías y pesares son siempre más fuertes y más hondos.
RESUMEN HISTORICO
Parece ser que la antigua Tuexa árabe no es tan primitiva como su derruido castillo y otros indicios denotan, por lo que algunos historiadores atribuyen su origen a épocas de la dominación romana, no teniendo antecedentes concretos hasta partir de la Reconquista por el Rey Don Jaime I.
Efectuando el repartiment, el Conquistador dejó a su hijo natural don Jaime, en feudo, las villas de Jérica y Toro, Eslida, Bes, Ain, Sueza, Fauzana y otras, agregando además a este estado el valle de Chelva, constituido por los pueblos de Chelva, Tuéjar, Calles, Domeño, Loriguilla, y Sinarcas, con Benageber. A partir de estos momentos se reconoce como señor de estos estados a don Jaime I de Jérica, y la historia de Tuéjar corre pareja a la de los demás estados que formaron el señorío, hasta el 20 de abril de 1773 en que definitivamente se incorporó este estado a la Corona, con reserva de determinados derechos dominicales a favor del señor Duque de Villahermosa, quien agobiado por los vasallos y después de algunas entrevistas con representaciones de todos estos pueblos del Vizcondado, llevó a efecto definitivamente la cesión de los derechos dominicales.
De la historia de Tuéjar propiamente dicha se cita la carta que el Rey Don Pedro de Aragón dirige en 23 de abril de 1370 a doña Buenaventura de Arborea, esposa de don Pedro de Jérica, ordenándole que los lugares y castillos de Chelva y Tuéjar los pueble con cristianos, al menos donde subsistan sus muros y fortalezas. Y añade: «..mas si quisiereis colocar en los mismos lugares algunos sarracenos, los pongáis y pobléis en los arrabales y extramuros de los dichos lugares de Chelva y Tuexa, y esto de ningún modo lo contravengáis si queréis evitar mi ira e indignación».
La carta de población de la villa de Tuéjar fue otorgada por el propio Rey Don pedro a la citada Buenaventura de Arborea, el 7 de mayo de 1370.
Por el transcurso del tiempo y ocupado este estado por varios señores territoriales, después de extinguida la rama descendiente de Don Jaime el Conquistador, parece por las protestas, reclamaciones y demandas de los pueblos de notase la existencia de abusos contra el derecho de los humildes vasallos, y que si fueron toleradas por la sumisión e ignorancia de éstos, despertaron al fin del letargo en que vivían. Al calor de la evolución fueron reaccionando los pueblos, saliendo en defensa de sus derechos y en 24 de enero de 1684 se presentó por los Consejos y vecinos de las villas de Chelva, Tuéjar, Sinarcas y lugares de Benageber, Calles, Loriguilla y Domeño ente el Real Consejo de Castilla en 14 de marzo de 1758, demanda de incorporación a la Real Corona de los pueblos que constituían el vizcondado de Chelva, llevándose a efecto ésta en 20 de abril de 1773, en que definitivamente son incorporados con reserva de determinados derechos a favor del señor territorial, Conde de Real y de Almenara, de la casa del Duque de Villahermosa.
Entre los incidentes históricos que permitieron a Tuéjar una acción destacada, se cita el movimiento de La Unión de 1347, en que se formó una liga de los nobles de varias villas y lugares para conservar sus fueros y privilegios. También en 1327, según Zurita, muerto Don Jaime de Jérica, su viuda, doña Beatriz de Lloria, apoderándose de todos sus estados por dote durante su viudez y favorecida con el testamento de su marido hizo oposición a su hijo Jaime quien por la fuerza de las armas tomó los castillos de Chelva y Tuéjar por consejo y ayuda del infante don Alfonso, interesando del Procurador general que tenía el gobierno del Reino de Valencia, que ninguna petición de doña Beatriz se atendiera. Por ello puso sobre las armas todo el Reino, pretendiendo don Jaime ir a la conquista de Jérica, de Eslida y demás lugares del estado con ejército que reunión con ayuda del infante, además de los vasallos de Chelva y Tuéjar.
Durante la guerra de las Germanías los de Tuéjar se agermanaron y volvieron contra su señor, quien se personó en Tuéjar y prendió a un tal Tejedor que lo era de oficio, y que hacía cabeza entre los agermanados de esta villa, el 7 de agosto de 1520, lo mandó ahorcar cabeza abajo como revolvedor de sus estados, escapándose los demás compañeros; yendo por los montes, fueron a guarecerse a Alpuente, en donde participaron lo sucedido, por lo que un tal Carlos Romeu, capitán de los de Tuéjar, bajaron a Valencia con grandes clamores a quejarse a los trece de las germanías.
Airados todos los agermanados, convocaron a todos los del Reino, formaron un ejército cuya primera hazaña fue ir a la plaza de Calatrava, a la casa del Vizconde de Chelva, y apoderándose de todos los papeles, títulos y privilegios de todos sus estados los quemaron en medio de la plaza. Al día siguiente un ejército de 2.000 infantes y banderas desplegadas y gran estruendo, salieron para Chelva, juntándoseles en el camino los de Liria, Alpuente, La Yesa, Titaguas, Aras y otros muchos más, que reunieron unos 4.000 agermanados y sin poderlos disuadir las autoridades de Valencia, que enviaron tras ellos dos jurados. El Gobernador envió un sorogado con jueces , porteros, trompetas y verdugos, pero nada casto para atajar los pasos… Y así llegaron a Chelva y fue tanta la gente que se reunió y tan amotinados estaban, que los que había enviado la ciudad para atajarles hubieron de retirarse a la iglesia y aún les parecía que no estaban seguros; asaltaron y saquearon el castillo y la sala de la villa, así como también muchas casas de las que consideraban más allegadas, cometiéndose toda clase de desórdenes , pasaron a Tuéjar y quemaron la casa del Vizconde y otras de sus vasallos más adictos, continuando los desórdenes y desde aquí marcharon a Domeño, echando a tierra un fuerte y prodigioso castillo de homenaje.
CONSTRUCIÓN DE LA PRESA DE AZUD
Hasta primeros del siglo XIX existía una presa formada con estacas y tablas para recoger y retener el agua de la acequia general del pueblo para riego de la huerta y demás usos del mismo, que con frecuencia y a la menor avenida de agua experimentaba rompimientos, quedándose hasta su nuevo arreglo sin tan importante elemento, con el perjuicio principalmente para el riego de la huerta, que cuando más necesario era, en la época de verano , estando pendientes las cosechas más importantes, se perdían por ello, con grave perjuicio para la economía local. Y no solamente este perjuicio sino también el que suponía el nuevo arreglo o renovación, por la gran porción de tablas y maderas, jornales y demás empleados en ello, que representaba una inversión de cantidades de consideración, con el agravante de que las cuentas reservadas para este fin del Azud y barranco de Canales estaban agotadas, excavando los productos que de éstos se obtenían.
En vista de ello, en II de agosto de 1803, por don Tomás García Prieto, en nombre del Consejo, Justicia y Regimiento de este pueblo, se elevó escrito al Real Consejo de Castilla, pidiendo autorización para construir una presa de cal y canto y piedra de sillería, cuyo importe se comprometían satisfacer, la mitad los vecinos y la otra mitad los dueños de la huerta. En 20 de agosto de 1804 se autorizó, construyéndose dicha presa en 1816.
CESION DE LOS DERECHOS DOMINICALE DEL VIZCONDADO DE CHELVA A FAVOR DE TUÉJAR
Por pacto de 31 de diciembre de 1827 se llevó a cabo la cesión de los derechos dominicales del señor territorial del Vizcondado de Chelva a favor de los respectivos pueblos y villas de Chelva, Tuéjar, Sinarcas, Calles, Domeño e Higueruelas, Loriguilla y Benageber. A Tuéjar correspondió pagar 52.000 reales, la mayor cantidad después de Chelva.
En estas cantidades figuraban los derechos de cena y percha, que desde muchos años antes no los pagaban los pueblos, condonando varias cantidades a éstos.
Y con esos 52.000 reales se llevó a efecto el convenio y entró en posesión definitiva con plenitud de derechos la villa y en el disfrute de montes y demás del patrimonio municipal, si bien continúa sin resolver o aclararse las supuestas usurpaciones del terreno monte, ya por muchos conocidos, aunque el Ayuntamiento, en fecha ya reciente -parece que allá por el año 1920- defendió el derecho del pueblo en contra de una pretendida usurpación de terreno de monte y corte de pinos, además de pagar fuerte multa, fue procesado y tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados.
La fuente más importante del patrimonio municipal es el monte, al que viene a sacarle el Ayuntamiento por sus productos más de medio millón de pesetas anuales.
Fácilmente se comprenderá el estado floreciente del mismo, hasta el extremo que quizá sea uno de los mejores de la provincia en su clase, y hasta de los de España, pudiendo muy bien figurar entre los que en el Norte y Castilla existen, que no solamente no pagan arbitrios, sino que con el importe de sus productos forestales cubren todas las necesidades del municipio y aún se reparten entre los vecinos un sobrante de lo obtenido por la riqueza forestal ya dicha; pudiéndose desenvolver con sus recursos propios y los auxilios que el Estado concede admirablemente con una administración austera y abordar las reformas y mejoras más atrevidas.
Existe en la localidad, de unos años a esta parte, un plantel de hijos del pueblo que rebasan los conocimientos de la primera enseñanza.
Jóvenes patriotas, creo tenéis materia a mano con la cooperación de los demás vecinos, buena voluntad y un poco de estudio en materia administrativa, para hacer muchas y grandes cosas. Además de la sastifación del deber cumplido, podéis recibir los beneficios que ello se desprendan y la admiración y aplauso de quien lo contemple, empezando así el camino de la transformación para que lo sigan la generaciones sucesivas y en el admirándolo recuerden vuestras gesta y la sigan, como final de este modesto trabajo.

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